Historias cortas


Viviana hace mercado

Viviana llega a su apartamento con tres bolsas de mercado. Como siempre, compró más cosas de las que había escrito en su lista. Cuando pasaba por el pasillo de higiene, recordó que su enjuague se le estaba acabando y metió uno en el carrito. Al llegar a su casa fue a la cocina y abrió uno de los gabinetes donde suele guardar la pasta y el café. Al fondo, una caja de tortillas de maíz, cuyo plazo de expiración había sido superado hace tiempo, se escondía detrás de un paquete de Harina Pan. Viviana las había comprado el año pasado para hacerle tacos a Alfonso, quien para entonces era su novio. Viviana abrió la caja, vio que quedaban tres tortillas y recordó: cena de aniversario, vino tinto, película vista desde el sofá. Viviana suspiró, pero no pasó de allí. Si hubiese visto ese paquete hace un par de meses se hubiera echado a llorar, pero ya no: la nostalgia también se venció. Viviana tomó la caja y la lanzó a la papelera. Al abrirla, recordó que se le había olvidado comprar bolsas de basura.



El ejercicio del amor


Armando acaba de meterse en un gimnasio. Su mamá le dijo que estaba gordo y su papá le recomendó que no llegase a los 30 con barriga. La primera semana fue, por decir lo menos, dolorosa. Le costaba bañarse, agacharse y subir escaleras debido a las secuelas del ejercicio. Armando llegó a dudar de su nueva empresa e incluso pensó en abandonarla hasta que se enteró de que una de las chicas que le gustaba en el liceo también iba a ese gimnasio. Armando decidió entonces ir al gimnasio todos los días de la semana con la esperanza de reconectar con ese amor platónico de su adolescencia. Armando descubrió entonces que no hay energía más poderosa que el amor, aunque le duela por todo el cuerpo.



La novia de Héctor


Héctor lleva dos semanas sin hablarle a su hermano. Aunque siempre habían peleado desde pequeños, ésta es la primera vez que decide no hablarle a Pedro. Este le recomendó a Héctor que tuviera cuidado con su nueva novia: "en la universidad se están diciendo cosas de ella...". Héctor le pidió que profundizara sobre lo que acababa de decir. Héctor quería escuchar la verdad completa. Pedro prefirió no ahondar más en el asunto. Héctor insistió, Pedro soltó: "Están diciendo que Sofía es una puta". Desde allí, Héctor decidió no dirigirle más la palabra. Pero Héctor sabe que Pedro tiene razón. Él también había escuchado esos comentarios. De hecho, él había comenzado a salir con Sofía sabiendo que era una puta. Pero ahora Sofía se había convertido en su novia y Héctor no puede aceptar que se digan esas cosas de su novia.

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