Brand New Heavies: el regreso de la hija pródiga


Londres, en 1990, se convierte en el epicentro del acid jazz, género que representa la mixtura entre jazz, R&B, funk, soul y disco, albergando a un par de acontecimientos musicales que desarrollaron exitosamente dicho estilo: Incognito (liderado por Bluey Maunick) y Brand New Heavies (trío integrado por Simon Bartholomew, Andrew Levy y Jan Kincaid).

Este par de agrupaciones se convierten entonces en referentes mundiales de este sonido de la música negra, acompañados de artistas como Omar y Soul II Soul. Y aunque pudiera decirse que, a mediados de los 90, tanto Incognito como Brand New Heavies llegaron a ganarse el respeto de la crítica y la acogida del público londinense junto a cierta audiencia norteamericana, el éxito de este género crecería exponencialmente con la aparición en escena de un músico rebelde y fanático de Stevie Wonder llamado Jay Kay, mejor conocido como Jamiroquai. El telón de la escena musical se abre, entonces, para un espectáculo cuyo soundtrack corre a cuentas de este sonido fundado en la capital inglesa.

Brand New Heavies se convierte así en uno de los estandartes del acid jazz al influenciar a bandas de la talla de Jamiroquai y Los Amigos Invisibles –quienes luego de escuchar un cassette deciden trabajar en este particular sonido. El génesis del éxito de este trío londinense estuvo materializado en su álbum homónimo (1990), cuya voz recaía en Jay Ella Ruth. Sin embargo, un sello estadounidense (Delicious Vynil) les sugiere volver a grabar ese disco con la voz de N’ Dea Davenport. Un consejo que, sabiamente, tomó la banda alcanzando así el aplauso unánime de la audiencia del país del Tío Sam. Luego grabarían otras importantes producciones -Heavy rhyme experience (1992) y la favorita de sus seguidores, Brother Sister (1994)- manteniendo a Davenport como vocalista.

Desafortunadamente en 1997, Davenport abandona la banda para dedicarse a su proyecto como solista, desencadenándose así una serie de interminables reemplazos, motivada al poco éxito de los discos que se graban con una voz distinta a la de ella. La próxima suplente sería Siedah Garrett para grabar Shelter (1997). Le sigue Carleen Anderson para la exitosa recopilación Trunk funk – The best of (1999). En 2002 se edita el poco notorio We won’t stop. Allaboutthefunk se graba en el 2004 con una nueva vocalista: Nicole Russo y, aunque fue apabullada por la crítica, a mí me gustó -aún reconociendo que su sonido dista mucho del que hizo famoso a los Heavies.

2006 significa el regreso de la extraordinaria N’ Dea Davenport a las filas de la agrupación que la vio crecer, y que se despidió del éxito –aceptémoslo- en el momento que se despidió de ella. Reconciliados todos, graban el delicioso Get used to it, un disco que recoge un conjunto de exquisitas canciones que nos devuelve la sonrisa que se nos dibujaba en la cara cuando escuchábamos los clásicos de los Brand New Heavies. Aunque comienza un poco flojo (We’ve got), la segunda canción titulada I don’t know why (i love you) es todo un himno de júbilo cantada por la voz que tanto extrañábamos. Le sigue la canción que le da el título al disco, y que es toda una fusión muy sabrosa de funk con reggae, que también repiten en We won’t stop. El funk más crudo se puede oír en piezas como Sex god, Right on y la excelente All fired up. Destacan también la balada Love is y el pop de I’ve been touched. No obstante, es en la quinta canción (Let’s do it again), cuando podemos escuchar, en mi opinión, la mejor lograda de toda esta producción: desde ya todo un clásico bailable.

En fin, Davenport regresa y asimismo Brand New Heavies vuelve a ofrecernos el mejor sonido que han confeccionado en estos comienzos de siglo. Get used to it es la emoción de que ese sonido, que tanto disfrutamos en el pasado, se esté conjugando en presente y de la voz de la hija pródiga del acid jazz: N’ Dea Davenport.

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